10 de octubre de 2011

Uyuni

Lunes 3 de octubre
Tal como habiamos pactado con Nancy a las 10 de la mañana nos pasaron a buscar por el hotel y nos llevaron a la terminal de buses.
Como es costumbre en Bolivia el colectivo tenía que salir 10:30 y salió 20´más tarde, pero por estos lados es normal que así sea, ya nos hemos acostumbrado a las demoras. El cole cómodo y amplio, partimos rumbo a Uyuni.
Como contar sobre este viaje? La ruta en su mayor parte con desvíos porque están trabajando en su pavimentación, recorre hermosos paisajes, numerosos pequeños pueblos y muchas casas precarias con sus hectáreas de tierra cultivadas de papas, habas y quenua (semillas de la flor que lleva ese nombre) que les está dando impensados réditos a los campesinos de esta zona. Toda la familia completa trabaja en el campo, sin elemento tecnológico alguno (nada de tractores con control remoto) solo una  pala, zapa, y las manos, todas las manos, de las mujeres y los niños incluidos que disuelven los terrones o separan las piedras.
Toda la familia trabaja , las mujeres sacan a pastar a sus animales, llamas, vicuñas, ovejas, burros, etc. Los animales llevan disparatadas orejeras de colores para distinguirlos.
Nos golpea un poco y nos emociona ver las tareas que desarrollan en forma tan primitiva, pero todos juntos!!! Por ahi algún campesino tenía algún buey atado al arado, pero en todo el trayecto vimos un solo tractor muy pequeño.
Cada pedacito de tierra útil está arado o sembrado, incluso las laderas de las montañas, en las que utilizan un sistema de terrazas, delimitadas por contenciones de piedra.
El viaje se fue poniendo divertido cuando nos dimos cuenta que el colectivo para en cualquier lugar donde haya una persona que le estire la mano. EL tema es que no importa si ya no hay asientos, TODO EL MUNDO SUBE, y no es un colectivo urbano, tuvimos 6 horas de viaje, bastante bien para la cantidad de paradas que hicimos.

El cole

Seguramente habrán visto que las cholitas (paisanas en nuestra tierra) cargan enormes mantos utilizándolos de mochila, bueno cada cholita que subió al cole obviamente lo hizo con su bulto o sea hacer lugar para la carga y para la persona, fue muy gracioso porque en un momento cuando ya no habia más lugar los subieron a la cabina con el chofer.
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Parada
La verdad al principio nos causó espanto, temiamos que alguien se golpeara en una frenada o algo parecido, pero al avanzar en el camino supimos que es la única forma que tienen estas personas para trasladarse a las ciudades, ya que casi nadie tiene vehículos por allí. A veces pasan horas sentaditos/as a la orilla del camino rodeados de sus bultos y cubriendose la cabeza y la cara con su manto para detener el viento.
Voy a destruir un mito urbano, a pesar del amontonamiento, y de las cargadas vestimentas, nosotros no percibimos olores como generalmente hemos escuchado decir a mucha gente.

UYUNI
Finalmente a las 4 de la tarde llegamos a Uyuni, un pueblito muy chiquito, chato y con casi ningún árbol, los pocos que hay deben ser considerados milagros ya que la tierra salitrosa, la falta de agua,los vientos y el calor en el día no son propicios para ninguna planta.
En la "terminal" o sea en la calle donde para el cole nos estaba esperando María, la hermana de Nancy, nos acompañó al hotel, dejamos nuestras mochilas y salimos a recorrer el pueblito, que no tiene mucho pero si lo básico. Muy pintoresco, con su infaltable mercado de comestibles y artesanías´. Había tantos extranjeros que se escuchaban idiomas de todas clases, muchísimos jóvenes.
En este lugar los lugareños se han adaptado a la costumbre de los "gringos" y a las 6 de la tarde ya están cenando, así que fuimos a un lugar recomendado por Nancy y nos encontramos con una historia de amor digna de contar.
El lugarcito es un café pequeño pero acogedor, su dueña y cocinera es Barbru una joven sueca que cuando llegó como tantas jóvenes de mochila a recorrer sudamérica conoció a un joven boliviano que era guía de Uyuni y se enamoraron!!! Sus primeros 4 años juntos los vivieron Bolivia pero cuando sintieron la necesidad de tener hijos decidieron trasladarse a Suecia por una mejor atención sanitaria durante los embarazos. Allí permanecieron 10 años, tuvieron una niña y un niño, trabajaban ambos muchas horas por día ,  casi no se veían hasta la noche lo que les producía una tremenda añoranza por la vida que llevaban en Bolivia, es entonces que decidieron volver priorizando la vida en familia, el compartir horas con sus hijos a una estabilidad económica. Hace un año y un poco más que están en Uyuni con este pequeño emprendimiento pero felices con su nueva vida.

Barbru



Lugar super recomendable en Uyuni para desayunar o cenar "La Vicuña" , atendida por su encantadora dueña.

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