2 de febrero de 2011

Primer dìa




Salimos de Puerto Madryn con destino a Camarones cerca de las 11 de la mañana, con mucho calor y viento, la ruta sin inconvenientes mucho tràfico hasta Trelew, pero después todo òptimo.



Llegamos a Camarones a las 17 horas, nos sorprendiò encontrar tan lindo el pueblo, actualmente tiene 2000 habitantes, seguramente la belleza natural del paisaje, el asfalto hasta la puerta y los loteos realizados haràn de Camarones un destino apetecible para los que buscan paz y tranquilidad en un entorno bellìsimo otorgado por el relieve de los suelos y las orillas bañadas por el mar, que se mete en una hermosa bahìa que lo adorna. (Grande Mauricio que apostaste a Camarones)



La oficina de turismo funciona en una antigua casa tìpica del lugar y es atendida por alumnas de la novìsima escuela secundaria , y el director es nuestro dilecto amigo Darìo Funes.



Fuimos muy bien informados, con mucho entusiasmo por una joven nativa de la comuna.



Otra gran sorpresa fue encontrarnos con el Museo de Peròn, gracias a Felipe Pigna nos enteramos que Peròn habia nacido en Camarones!!!!

En su casa natal, respetando algunas partes de la original y por detràs de ella han hecho un modernìsimo y coqueto museo con varias cosas que pertenecieron a la familia de peròn, retratos y fotos. Ademàs el lugar cuenta con un salòn de conferencias super moderno, con cañòn y pantalla gigante. Muy bueno!!! muy bien guiado por la señora Iris, dependiente de la Secretaria Provincial de Turismo.



Terminada la visita nos dirigimos a Caleta Sara y a la Pingüinera que se encuentra dentro de un Area Natural Protegida, otra sorpresa porque esta pingüinera tiene muchìsimos habitantes y no està ni mantenida ni publicitada como la de Tombo, una pena porque eso le darìa màs movimiento a Camarones.



Allì mismo a escasos kms encontramos un hermoso mirador de la Isla Leones. Todo el paisaje muy bello, la ruta va recorriendo la costa, el mar te acompaña en el camino, y vimos muchos pescadores dedicados a su arte a lo largo de todo el recorrido, ya que hay varios lugares para detenerse con el automóvil, son pescaderos. Dany aprovechò y probò con los señuelos y cucharitas y si bien no saliò nada varios ròbalos terminaron con chichones en la cabeza.


Eso si, la ruta toda de ripio, bastante buena, pero mucho polvo, tìpico camino patagònico.


Finalmente buscamos algùn lugar para comer, no hay muchos, fuimos a La Vieja Estaciòn, en donde saboreamos un exquisito salmòn al puerro.

Conseguimos un lugar frente al mar para estacionar nuestro hogar rodante y disfrutamos de una hermosa noche, con un cielo estrellado maravilloso.

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