TULCAN - LA FRONTERA - IPIALES - POPAYAN

Sábado18 de noviembre

Después de la visita al Medio del Mundo pusimos proa a Tulcán, última población de Ecuador antes de cruzar la frontera a Colombia.
Otra vez ruta de montaña y encima empezó a llover, así que teníamos que ir muy despacio y atentos.
Cada vez que paraba de llover asomaban unos maravillosos arcos iris como nunca habiamos visto.
Antes de Tulcán pasamos por Otávalo, famosa por su feria de ropas y artesanías. La recorrimos muy rápidamente, compramos algo de fruta y seguimos viaje.




Otávalo

Increíble!!!!

Llegamos a Tulcán cuando ya la tarde comenzaba a caer, nuestra intención es llegar a los destinos de pernocte antes de que se haga la noche, pero es imposible calcular el tiempo de camino en base al kilometraje ya que acá las distancia se miden en relación a la geografía y al tránsito.
Sacamos las fotocopias que gracias a los foros de viajeros sabiamos que nos iban a solicitar en la frontera y nos pusimos a buscar un lugar para dormir.
 Fuimos a una estación de servicios pero lamentablemente en ese lugar cierran a las 21 y no queda guardia alguna, entonces nos acercamos a un policía para pedirle asesoramiento y nos envió a un UP (unidad de policía) cercano al lugar y realmente era un sitio tranquilo e iluminado, allí conocimos a Edwin Eraso, Cabo Segundo, quien resultó ser una persona super amable con la que estuvimos charlando largo rato. Desde aquí le agradecemos la forma en que nos recibió. Esa noche dormimos bárbaro, con silencio y seguros.

Domingo 19 de noviembre
Tempranito nos dispusimos a recorrer los 15 km que nos separaban de la frontera con Colombia, queríamos llegar con tiempo para poder hacer el trecho hasta la primer ciudad mediana antes de que cayera el sol.
Como cada vez que salimos de un país para encarar otro sentimos como una tristecita de irnos y cosquillitas sin saber lo que nos espera. Nos dió pena dejar Ecuador que es muy "chévere" gracias Ecuador por tanta hospitalidad!!!!!
El paso por la frontera fue simple y rápido y allí mismo empezamos a sentir la calidez de los colombianos,el personal de migraciones y aduana fue muy atento. Gracias al blog de Carlos y Zulma habiamos buscado previamente donde estaba el número de chasis en la Gordi,así que la operación fue super veloz.

La primer ciudad de Colombia, Ipiales, nos recibió con bullicio, caos de tránsito y mucha gente por las calles, el infaltable mercado central, o sea lo mismo que en todos los países hermanos. Hicimos allí el SOAT, que en este caso es por tres meses, plazo minimo, y nos salió U$S 40, se compra en los supermercados EXITO y ALKOSTO, en cualquiera de ellos, nosotros elegimos el primero que encontramos. Demoramos más en este trámite que en los aduaneros. Sacamos plata colombiana de un cajero y seguimos viaje con destino a Popayán.
Como contarles este tramo de ruta? Todo el tiempo en nuestras cabezas resonaban  las palabras de una señora colombiana, dueña del restaurant donde comimos en Esmeraldas que nos dijo: "desde Pasto hasta Cali deben tener mucho cuidado, traten de ir en caravana con otros vehiculos" "no se detengan""pasen de día". Sumado a esto la lluvia que no nos quería abandonar, el estado de la ruta que es desastrozo y los retenes militares que cruzábamos continuamente y pensando además que robarte en esta ruta es sumamente sencillo ya que no podés exceder los 40 km/h por el estado del camino. Tardamos 7 horas en hacer 180 km!!!!
La belleza de los paisajes es increible, es tanto o más bonito que el Ecuador, acá los ríos son más caudalosos y corren furiosos por enormes cañadones, y la vegetación va variando del bosque tropical a suaves colinas aradas y sembradas.

Llegamos con éxito a Popayán y nadie nos molestó. Nos acordamos todo el tiempo de nuestro amigo Pablo Gataffoni ya que a cada imprevisto decíamos:...."Atenta Virgencita" jajajajaja y la verdad que lo estuvo, llegamos sanos y salvos.
Lo único que no nos perdonó y acabó con todo el dinero que habiamos sacado fueron los peajes, en Colombia son exorbitantes, en el transcurso de 400 km gastamos lo mismo de gasoil que de peajes (y ojo que en Colombia el gasoil es 4 veces más caro que en Ecuador), pero lo peor es que los caminos están en estado calamitoso.
Cuando llegamos a Popayán, ya de noche, la lluvia no nos daba tregua, dormimos en una estación de servicios. Ahi empezamos a "sentir" la movida colombiana, la música a todo volumen es un clásico por donde quiera que uno vaya, y no importa la hora o el lugar, el tema es "música a todo volumen", como la que nos acompañó esa noche. Dormimos igual porque estabamos extenuados de ya dos o tres días de caminos peligrosos.