1 de julio de 2015

Esta es una historia de VIDA!!!!

Sábado 27 de junio

Tal como le habiamos prometido a Abdiel, al despedirnos de Aldona y Derek nos dirigimos a su casa.

Conocer a la familia Alfaro fue un orgullo para nosotros, nos sentimos en compañia de verdaderos hermanos americanos.

Don Saúl Alfaro y su esposa Ana tienen siete hijos y veinticinco nietos, la mayoría de ellos viven en Surrey, cercano a Vancouver;, en Hinton viven ellos dos con Abdiel, Gaby su esposa guatemalteca y sus niños Alfredo y Ana.



Don Saúl mostrando con orgullo el cuadro de la última homilía de Mons Romero.



Saúl y Ana debieron dejar El Salvador con sus siete hijos ya que fueron amenazados por el tristemente famoso "escuadrón de la muerte" encargado de liquidar cualquier ser pensante que se cruzara en su camino. Así fue que tomaron sus cosas, apenas ropas y documentos y partieron para Belice.

Allí se encontraron en un albergue organizado por Mons, Sergio Mendez Araoz con otros salvadoreños en sus mismas condiciones.

Saúl, un inquieto luchador les propuso a algunos de ellos ir a ver al Primer Ministro de Belice para pedirle tierras para trabajar y poder ganar el sustento para sus hijos.

Grande fue para ellos la sorpresa, no solo por ser recibidos con atención por el Ministro sino porque atendiera a su solicitud con deferencia. Les dijo que había un programa de las Naciones Unidas que podría ser aplicado en situaciones de refugiados como ellos y que además era importante para Belice que sus habitantes aprendieran del cultivo del maíz, tomate, frijol y de otros cereales que ellos debían comprar afuera.

Fue así que a los 3 meses los llamaron para comunicarles que ya estaba en marcha el proyecto y les entregaron unas tierras, "pura montaña" que ellos con otras 20 familias desmontaron, organizaron, y dividieron equitativamente entre todos, unos 50 acres a cada familia y comenzaron a trabajar la tierra.
Las Naciones Unidas proveyeron las herramientas y los granos. Y así nació VALLE DE PAZ, Valley Peace en Belice.

La lucha no fue sencilla, debieron padecer hambre,  frío, trabajar duramente de sol a sol para sacarle fruto a la tierra, todos sus hijos y Ana trabajaban a la par.
También sufrieron enfermedades que ni conocían ni sabian como tratarlas, el mal de los chicleros provocado por una mosca que les comía las orejas, malaria, gusanos parásitos!! mil cosas distintas
Debieron luchar por crear una escuela, el dispensario, traer un médico (los primeros médicos fueron cubanos), aprender los oficios, que los jóvenes supieran conducir los camiones y las máquinas. Abrieron calles, urbanizaron el pueblo, les dieron tierra y albergue a todos los que llegaban en busca de trabajo y paz. En fin una larga y dura tarea.

Don Saúl despues de unos años fue intendente por 3, tuvo entonces  diferencias con el Párroco encargado o director del proyecto y con algunas personas del poder, las diferencias tenían que ver con el trato a los recién llegados  y el mal uso que estos personajes le daban a los subsidios de las NU, por lo que permanentemente debía sacar de su propio bolsillo para ayudar a alguien con la compra de medicamentos u otras necesidades. Cuando reclamaba molestaba. Cuando se reclama por el pobre molesta aún más.
A estas alturas  Valle de Paz crecía en población y trabajo, (son hoy los primeros productores de Belice).
Otra vez Don Saúl debió hacer opción y esta vez eligió su familia y  decidió con Ana buscar otro sitio que les permitiera encontrar un mejor futuro para sus siete hijos.

Fue entonces que también por intermedio de un programa de Naciones Unidas para exiliados y debido a su tarea en el Proyecto Belice fue a dar a México D.F y allí con los representantes de varios países reunidos en un plenario le dieron a elegir en que país asentarse con su familia.

Don Saúl eligió Canadá, su primer destino fue Victoria, capital de British Columbia , rapidamente consiguió trabajo, la ciudadanía y se sintieron parte de este país. Todos sus hijos viven en Canadá y todos sus hijos han progresado económicamente y han formado a su vez hermosas familias

Que nos llamó la atención de Don Saúl? Su mirada, mezcla de tres miradas distintas, la primera sus ojos llenos de tristeza por haber tenido que dejar su Salvador natal y la lucha de su pueblo, la segunda por haber dejado Valle de la Paz, su casi creación, realmente un pionero y la tercera de inmenso orgullo por su familia.


Esta maravillosa familia nos agasajó con un almuerzo ,luego del mismo nos fuimos a descansar un ratito a la Argentina. Después Abdiel lo llevó a Daniel a comprar algunas cosas para terminar de acomodar la camioneta.
Don Saúl nos ofreció su vehículo si queríamos salir a pasear, Abdiel nos dió todas las comodidades necesarias para instalar nuestra casa con ruedas, Gaby nos prestó su baño!!! cuando ya pensábamos que habían hecho por nosotros más de lo necesario apareció Abdiel a avisarnos; "Ya está lista la cena", fue maravilloso cenar con ellos seguir compartiendo nuestra charla americana y disfrutar de los riquisimos platos preparados por Ana, frijolitos incluidos!!!!
Hablamos de todo, de los males que padecen nuestros pueblos americanos, coincidimos en lecturas, como las Venas Abiertas de America Latina, en admiración por soñadores como Mons Romero, el Che, el Comandante Villalobo y Santino.


Esa noche dormimos frente a la casa de los Alfaro y a la mañana siguiente partimos con la alegría enorme de haberlos conocido, de haber respondido a la invitación de Abdiel, de poder decir que tenemos nuevos y enormes amigos.
Otra vez Dios ahí, poniéndonos gente maravillosa alrededor nuestro. Todo tiene su razón de ser.

Don Saúl seguramente leerá esto y le pedimos que si hay algo faltante o algo sobrante nos lo haga saber mediante correo electrónico

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