25 de abril de 2012

RUINAS DE TEOTIHUACAN

La antigua ciudad de Teotihuacán fue la más grande de mesoamérica y está situada a solo 50 km de México DF, es un yacimiento enorme y tiene dos descomunales pirámides, la del Sol y la de la Luna.
Una calle llamada Calzada de los Muertos va desde la esta última hasta unos 2 km para el sur, recorriendo muchas ruinas de edificios que se yerguen en ambos lados.

Al fondo la pirámide de la Luna

La ciudad fue perfectamente diseñada en cuadrículas, los primeros y más importantes edificios eran los de las familias de los nobles teotihuacanos y de los sacerdotes, por detrás las de los siervos y más lejos aún del centro ceremonial el resto del pueblo, los comerciantes y agricultores, etc.


Una característica arquitectónica que distingue a esta cultura era el revestir sus edificios con estuco, especie de mezcla de cal, arena y agua que luego decoraban con dibujos y pinturas de distintos colores. Muchos de estos murales aún se conservan bastante bien y pudimos verlos en los Palacios de Tetitla y Atetelco y en el museo. Generalmente las figuras pintadas en ellos son de jaguares, serpientes y águilas.

Sobre el final de la misma se encuentra la Ciudadela, un enorme recinto cuadrado amurallado y coronado por 15 pirámides, dentro de él se encuentra el Templo de Quetzalcóatl.


Detrás del templo, una fachada anterior hermosísima con muchas figuras esculpidas en piedra apareció al hacer la última excavación. En los tableros se encuentra la deidad de la serpiente emplumada con enormes colmillos que asoma la cabeza por entre 11 pétalos, todo muy finamente tallado en la piedra y otra criatura de cuatro ojos y dos colmillos que representa a Tláloc el dios de la lluvia.

Trepando la del Sol


Recorrer esta enorme ciudad al rayo del sol puede resultar muy penoso,sobre todo subir a las pirámides, pero vale la pena trepar sus escaleras porque la vista desde alli arriba justifica el esfuerzo. La mejor vista se obtiene desde la pirámide del Sol desde donde se vé todo el valle que rodea el lugar.

Que alegría llegué!!!




Es muy bueno y "refrescante" el museo de sitio , entrar en él alivia enseguida el tremendo calor y recorrerlo es muy didáctico.

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