PUERTO ARISTA

Del 16 al 21 de marzo

Por lo visto separarnos de Heinz y Sole no nos estaba resultando sencillo, en el camping de San Cristobal, los amigos suizos, Daniel e Ivonne nos habían hablado de un lugar no muy promocionado turísticamente, pero realmente muy bello, Puerto Arista.
Seguimos en el estado de Chiapas, particularmente atrapante por su diversidad biológica, cuando llegamos a la pequeña población distante 18 km de Tonalá nos encontramos con un pueblo tranquilo y agradable, con apenas un esbozo de centro, algunos hoteles y los servicios básicos como un cajero automático,unos comedores familiares,  un pequeño mercadito y no mucho más, esto nos gustó mucho.
Muy rapidamente gracias a las indicaciones de los lugareños encontramos el camping y cabañas Don José, allí nos instalamos.

Este camping tiene varias particularides, la primera de ellas es que al final del mismo tiene una pintoresca laguna, no muy larga y poco profunda, llena de manglares,  habitada por centenares de aves, de todo tipo y colores, garzas, loros, mirlos, (como nos acordamos de Viviana y de Vanina)  muchisimas mariposas y algunos pequeños caimanes.

Los baños rústicos del camping, solo con agua fría, no hace falta más, tienen un sistema de duchas muy pintoresco, a cadena, de una tirás para abrir y de la otra para cerrar. Observen pero no copien!!! Detalle al fondo, la ventilación!!!

Tan alejados de la civilización estábamos que en todo el pueblo no hay internet , supuestamente en el centro hay una red abierta pero nunca pudimos lograr tener señal.
Por todo el predio encontramos fruta dispuesta a ser engullida por nosotros,  muchos árboles de mamón rosado y amarillo, castañas de cajú y otros frutos que no nos animamos a probar .
Realmente este lugar tan bello nos hacia sentir como habitantes de un zoológico distinto, donde todos los animales conviven incluidos nosotros los humanos.

Hay unos pajaritos negros muy graciosos, creemos son mirlos, que engordan su cuello para graznar y se paran frente a los espejos retrovisores de los vehículos a mirarse y lanzarse soniditos como si intentaran cortejarse a si mismos.
Era habitual por las mañanas que comenzarán a "picotear " los vidrios de las ventanas intentando no sabemos bien que cosa, pero presumimos que se veían reflejados e intentaban picar su imagen.
Sole y Heinz viajan llevando en el techo un par de kayacks que resultaron adecuadísimos para recorrer la laguna, tarea a la que se dieron tanto ellos como Daniel, yo me abstuve a la vista de los hermosísimos caimanes.......

Tan ingenioso es Heinz que diseñó para los kayacks unos techitos desarmables que los proteje del sol.
El calor en esta zona es insoportable, habiamos pensado en parar frente a la playa pero la primer tarde de recorrida descartamos la posibilidad ya que la falta de sombra nos hubiera jugado una mala pasada.
Por suerte el camping tiene una pequeña alberca que apenas nos cubría sentados en el piso pero que era más que suficiente para aliviarnos en las horas de calor. Nuestras charlas "en remojo" resultaban enriquecedoras y divertidas.

A pesar de no ser un sitio muy conocido los viajeros llegan aquí "de oidas" de otros viajeros asi que estuvimos acompañados por varios, una pareja de EEUU, otra muy joven de Brasil, Danielle y Leonardo, arquitectos ambos, que vienen viajando en un vehículo tipo jeep que solo se fabrica en Brasil, si quieren conocer sobre ellos basta ticlear en google Infinity Highway, es muy interesante el viaje que vienen haciendo desde hace 20 meses.
Los chicos nos dedicaron toda una tarde mostrándonos lugares y destinos para conocer hacia el norte, de donde ellos están viniendo.

Despedida de los chicos de Infinity Highway

Esto de los intercambios con otros viajeros es muy estimulante y educativo, nos encanta compartir los lugares y las vivencias y descubrir cuantas historias hay en el camino.
La playa de Puerto Arista merece un párrafo aparte, es absolutamente hermosa, larga muy larga y con suave declive pero con fuertes olas que de repente nos hicieron sentir niños nuevamente, porque pasábamos mucho rato jugando con ellas, los cuatro por igual. Eso sí, ibamos a la playa después de las 5 de la tarde para evitar el sol fuerte y todos los días fuimos testigos de maravillosos atardeceres.

Después de seis lindisimos días en este lugar finalmente nos despedimos de Sole y Heinz, tomamos diferentes rumbos, ellos para el sur y nosotros para el norte. Ojalá podamos encontrarnos en Argentina, ellos han prometido volver a nuestro país y tanto nosotros como Zulma y Carlos los estaremos esperando con los brazos abiertos.

Despedida de los amigos

Ya saben amigos, Puerto Arista, un destino imperdible.

A seguir volando!!!