BAHIAS DE HUATULCO

22 al 25 de marzo

Después de despedirnos en Puerto Arista pusimos nuestra proa con destino a las Bahías de Huatulco, distantes más o menos 280 kms, los primeros de ellos fueron por una autopista muy buena, que nos llevó a conocer la población La Ventosa,  ya en el estado de Oaxaca, que no por nada lleva ese nombre. Aparentemente es una zona donde el viento sopla todo el tiempo por lo que han aprovechado e instalado allí el mayor parque eólico de latino américa. La verdad es muy impresionante porque son kilómetros y kilómetros de molinos a ambos lados de la ruta.

Siguiendo este camino pasamos por Salina Cruz un gran puerto, que como tal aglutina a su alrededor muchísimo movimiento comercial.
´Después de esta ciudad la ruta se angostó y comenzamos a bordear el océano pacífico por un camino tranquilo y de suaves ondulaciones, con muy poco tráfico.
LLegamos a las Bahías de Huatulco y de repente nos pareció que había acabado México y estábamos en USA. Todo el lugar está sumamente americanizado, sus calles impecables, con jardines en el medio de la ruta de ingreso a la zona, mucho verde, muchas casas suntuosas, muchos hoteles de cinco estrellas y una  hermosísima cancha de golf.

Gracias a las coordenadas guardadas por Heinz encontramos rapidamente el parking trailer público, este predio está en la Bahía de Tangolunda, apenas a 5 km de La Crucecita.
Este lugar es muy espacioso y  tiene buena sombra, importante por estos lados, baños y duchas, ningún otro servicio, y su costo es muy bajo de apenas 50 mex por persona por día.
Al lado del parking hay un terreno virgen que alberga muchísimos animales, quienes muy curiosos se acercan a ver que pasa. Pudimos ver cantidad de pájaros y varias ardillas, todos muy sociables.

Apenas a unos 300 mts del estacionamiento cruzando unos manglares está la playa, distinta a otras que hemos visitado, el mar golpea sobre la costa haciendo un tremendo ruido, y forma una barranca muy peligrosa , la arena es dorada y desde la zona de sombra que forman los manglares por detrás no se puede ver la orilla ya que el mar ha ido acumulando inmensas dunas.

Nos encantó el lugar pero no pudimos disfrutar del mar ya que la fuerza de las olas te arrastran y te sacan de la costa, muy peligroso el lugar, de hecho no vimos a nadie en el agua a pesar del tremendo calor que hacia.

La Crucecita, la localidad más cercana,tiene de todo, bancos, supermercados, artesanias, mercado, en fin, todo lo necesario, su plaza es muy bonita y entretenida, siempre está pasando algo. La primer tarde que fuimos pudimos ver un lindisimo desfile de escuelas de danzas folclóricas con sus vestiduras típicas, muy pero muy bonito.

Por el tremendo calor de la zona y la imposibilidad de disfrutar del agua nos fuimos a la playa de Santa CRuz de Huatulco, que es digamos la cabecera de la bahía. Allí hay un muelle para cruceros, por lo tanto todo está preparado para recibir a los cruceristas.
Muchos negocios de comida pegados al mar, al punto que cuando sube la marea las primeras líneas de mesas y sillas quedan en el agua.
Hay un estacionamiento grande, donde dejamos a la Gordi y desde allí hasta la playa, unos 300 mts, llegamos acompañados por los RRPP de los comedores, quienes hacen loas de los productos de mar que se pueden desgutar en sus locales, que en definitiva son todos iguales, pero debés terminar por elegir a uno de ellos para poder avanzar en el camino.
Cuando logramos llegar a la playa pasamos un día muy agradable, la playa aquí es muy pequeña en el ancho, pero el suave declive de su costa y el agua tranquila nos permitió nadar y bañarnos las veces que quisimos.

Había un crucero atracando que al abrir su enorme boca descargó centenares de turistas que en un ratito abarrotaron la playa, pero realmente la diversidad resultó muy entretenida, sobre todo por el grupo de jóvenes libaneses que se "tomaron todo" y bailaban y cantaban a coro con los mozos.